Cumple ardientemente tu papel y entrégate de lleno a la labor en tu propio campo, sin dejarte llevar del ensueño. Tú eres así y no de otra manera. Acepta la vida, pero jamás dudes de tu eficacia en ella. Aleja toda duda inútil, toda idea de imposibilidad que te hayan inculcado. Perfecciónate en aquello que puedes hacer bien y perfecciona el cachito de mundo que te toca trabajar. Vuélcate en tu amor en ese metro cuadrado que ocupa tu existencia. No lo abandones.


viernes, 28 de octubre de 2011

NO Y PUNTO

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“No” es “No”, y hay una forma de decirlo: NO.

Sin admiración, ni interrogantes, ni puntos suspensivos.

“No” se dice de una sola manera. 

Es corto, rápido, monocorde, sobrio y escueto. 

Se dice de una sola vez. Con la misma entonación. 

Un “No” que necesita de una larga caminata o una reflexión en el jardín, no es “No”.

Un “No” que necesita justificaciones y explicaciones, no es “No“.

“No” tiene la brevedad de un segundo.

Es un “No” para el otro, porque ya lo fue para uno mismo.

“No”, no deja puertas abiertas, ni entrampa con esperanzas, ni puede dejar de ser “No”, aunque el otro y el mundo se pongan de cabeza.

“No” es el último acto de dignidad.

“No” es el fin de un libro sin más capítulos ni segundas partes.

“No” no se dice por carta, ni se dice con silencios, ni en voz baja, ni gritando, ni con la cabeza gacha, ni mirando hacia otro lado, ni con símbolos devueltos, ni con pena y mucho menos con satisfacción.

“No” es “No” porque “No”.

Cuando el “No” es “No”, se puede mirar a los ojos, y el “No” se descolgará naturalmente de los labios.

La voz del “No” no es trémula, ni vacilante, ni agresiva, y no deja duda alguna.

Ese “No” no es una negación del pasado: es una corrección al futuro.

Y sólo quien sabe decir “NO”, puede decir “".


viernes, 21 de octubre de 2011

lunes, 17 de octubre de 2011

DISFRUTA DE SU CAUTIVERIO

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Esta es una impresionante grabación en HD del "Kuroshio Sea", el segundo tanque acuario más grande del mundo, instalado en el Okinawa Churaumi Aquarium, Japón.

Este acuario fue especialmente construido para albergar a una especie gigante de tiburón: el Tiburón Ballena. Con 7.500 metros cúbicos de agua, tiene unas dimensiones espectaculares: el panel de cristal es acrílico y mide 8,2 metros por 22,5 metros, con un espesor de 60 centímetros, por lo que deja al visitante una impresionante vista del acuario. 

No dejes de ponerlo a pantalla completa. Sinfonía de color, de movimientos, de vida... Los animales se mueven como si fueran componentes de un ballet acuático. En grupos, solos, cada uno llevando su ritmo.  

La música de este video es "Please don't go" del grupo estadounidense Barcelona

El otro acuario similar es el Georgia Aquarium, en Atlanta (Estados Unidos).

Pero no todo es belleza. Todos esos animales están cautivos, encerrados en una jaula de cristal, para divertimento de los espectadores, de los que cada día se acercan al Okinawa Churaumi Aquarium para disfrutar del espectáculo de haberles robado su libertad...
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sábado, 8 de octubre de 2011

LA INTELIGENCIA DE LOS SILENCIOSOS TONTOS


Llevaban a la guillotina a tres hombres. Le preguntaron al primero si quería estar boca arriba o boca abajo cuando le llegara la hora final. 

Él contestó que quería estar boca arriba, para estar mirando al cielo al morir. Levantaron la hoja de la guillotina y la dejaron caer. La hoja cayó velozmente y de repente se detuvo, a unos cuantos centímetros de su cuello. 

Las autoridades consideraron esto como una intervención divina y liberaron al hombre.

Luego, llegó el turno del segundo, quien también decidió morir mirando al cielo, esperando tener la misma suerte del primero. La cuchilla fue levantada nuevamente, y soltada. Cayó velozmente y de pronto se detuvo apenas a centímetros del cuello del segundo hombre, por lo que también fue puesto en libertad. 

Seguía el tercero, que era ingeniero mecánico de profesión, quien también optó por morir boca arriba.

Levantaron lentamente la hoja de la guillotina, cuando de repente el ingeniero, viendo un desperfecto en el mecanismo de la guillotina, dijo: "Hey, ya sé por qué no cae la hoja de la guillotina..."

Los verdugos arreglaron el mecanismo y el ingeniero fue puesto nuevamente en la guillotina, y esta vez funcionó perfectamente.

Aun cuando podamos estar ansiosos de compartir con otros lo mucho que sabemos, ¡a veces es mejor no decirlo! A veces nos metemos en problemas por decir algo que debimos callar.


Es mejor callar y parecer tonto,

que hablar y confirmarlo.