martes, 19 de octubre de 2010
¿TIENES TIEMPO PARA LA BELLEZA?
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En la fría mañana del 12 de enero de 2007 un músico callejero se situó en la entrada del metro "L'Enfant Plaza" de Washington, DC. El violinista estuvo tocando Bach, luego el “Ave María” de Schubert, siguió con Manuel Ponce y Massenet y, finalmente, Bach de nuevo.
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Eran las ocho de la mañana, la hora punta. Pasaban cientos de personas delante de él, casi todas camino de sus trabajos. A los pocos minutos, un hombre de avanzada edad reparó en el músico, aminoró el paso, se detuvo unos segundos y emprendió de nuevo su camino. Un minuto más tarde, el músico recibió su primer dólar: sin pararse, una mujer lanzó un billete a la caja del violín. Poco después, un individuo se paró unos instantes a escuchar, pero al mirar su reloj, echó a andar de nuevo rápidamente; se le estaba haciendo tarde.
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El que le prestó mayor atención fue un niño de unos cuatro años. Su madre lo cogió y tiró de él, pero el pequeño seguía escuchando. Finalmente, su madre lo agarró fuertemente y siguieron andando. El niño, mientras caminaba, seguía mirando al músico con la cabeza vuelta.
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Durante los 45 minutos que el músico estuvo tocando, 1.071 personas pasaron ante él. Sólo 7 se detuvieron a escucharle, pero todas muy brevemente. En total, logró reunir 32 dólares.
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Nadie le aplaudió.
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Nadie le reconoció.
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Nadie se dio cuenta
de que el músico era
Joshua Bell,
uno de los mejores violinistas del mundo.
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En los pasillos del metro tocó algunas de las más difíciles partituras que jamás se han escrito, y todo ello con un Stradivarius "Gibson ex Huberman" del 1713, instrumento único en el mundo, valorado en 3,5 millones de dólares. Dos días antes de estos hechos, no quedaban entradas a la venta para su concierto en el teatro de Boston, aunque costaban casi 100 dólares...
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Esta actuación de incógnito de Joshua Bell en la estación de metro fue organizada por el «Washington Post» para investigar la percepción, el gusto y las prioridades de la gente.
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Estas eran las preguntas:
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¿Podemos, en un ambiente cotidiano
y a una hora inusitada,
apreciar belleza?
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¿Nos pararíamos para apreciarla?
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¿Podemos reconocer el talento
en un contexto inusual?
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Si no nos detenemos unos segundos a escuchar a uno de los mejores músicos del mundo cuando está tocando las más bellas partituras, ¿cuántas cosas extraordinarias nos estaremos perdiendo diariamente por no saber apreciarlas?
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El experimento muestra de forma terriblemente clara el comportamiento automático y abstraído del ser humano en su vida cotidiana.
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Así es Alfa... lamentablemente cada cual va a lo suyo sin apreciar lo que pasa a su alrededor. Seguro nos perdemos montones de cosas extraordinarias.... y así nos va...
ResponderEliminarUN abrazo y Feliz semana!!
Pues sí Kata... hemos perdido la capacidad de percibir y por eso ni comprendemos ni sabemos lo que es la compasión, y ya ni siquiera disfrutamos de todo lo bueno y bello que pasó/pasa/pasará por nuestra vida una sola vez y que ya nunca volverá...
ResponderEliminarQue tengas un buen día lleno de cosas y que la mayoría sean bellas para ti.
Carpe diem