DE FLECHAS, GALGOS O PODENCOS

 

Contaba Buda en su "Parábola de la flecha" que un hombre que había sido herido en batalla, no quería que le sacaran la flecha envenenada que llevaba clavada, porque antes quería saber el nombre del arquero, a qué casta pertenecía, la longitud de la flecha, de qué material era el arco, de qué lugar era el médico... y mientras discutía estas cuestiones, murió, cuando lo únicamente importante era arrancar la flecha. 

La flecha es el universo, es la idea del yo, de todo lo que llevamos clavado. 

No debemos perder tiempo en cuestiones inútiles.

₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪₪

"Two Rabbits" Judith Kindler

LOS DOS CONEJOS

Por entre unas matas,
seguido de perros,
—no diré corría—,
volaba un conejo.

De su madriguera
salió un compañero
y le dijo: «Tente,
amigo, ¿qué es esto?»

«¿Qué ha de ser? —responde—;
sin aliento llego...
Dos pícaros galgos
me vienen siguiendo».

«Sí —replica el otro—,
por allí los veo...;
pero no son galgos».
«¿Pues qué son?» «Podencos».

«¿Qué? ¿Podencos dices?
Sí, como mi abuelo.
Galgos y muy galgos;
bien visto lo tengo».

«Son podencos, vaya,
que no entiendes de eso».
«Son galgos, te digo».
«Digo que podencos».

En esta disputa
llegando los perros,
pillan descuidados
a mis dos conejos.

Los que por cuestiones
de poco momento
dejan lo que importa,
llévense este ejemplo.

No debemos detenernos en cuestiones frívolas, 

olvidando el asunto principal.

Tomás Iriarte

 

Escritor y fabulista español 

conocido por sus "Fábulas literarias". 

Nació en 1750 en La Orotava (Canarias) 

y murió en 1791 en Madrid.