Cumple ardientemente tu papel y entrégate de lleno a la labor en tu propio campo, sin dejarte llevar del ensueño. Tú eres así y no de otra manera. Acepta la vida, pero jamás dudes de tu eficacia en ella. Aleja toda duda inútil, toda idea de imposibilidad que te hayan inculcado. Perfecciónate en aquello que puedes hacer bien y perfecciona el cachito de mundo que te toca trabajar. Vuélcate en tu amor en ese metro cuadrado que ocupa tu existencia. No lo abandones.


lunes, 28 de febrero de 2011

PUNTUALIZACIÓN SOBRE LA PUNTUACIÓN

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Los signos de puntuación se usan en los textos escritos para reproducir la entonación del lenguaje oral (pausas, matices de voz, gestos, cambios de tono, etc.) con objeto de interpretar y comprender correctamente el mensaje escrito, evitando interpretaciones diferentes para un mismo texto.

Se cuenta que un hombre dejó al morir el siguiente testamento sin signos de puntuación: «Dejo mis bienes a mi sobrino Juan no a mi hermano Luis tampoco jamás se pagará la cuenta al sastre nunca de ningún modo para los jesuitas todo lo dicho es mi deseo».

El juez encargado de resolver el testamento reunió a los posibles herederos: al sobrino Juan, al hermano Luis, al sastre y a los jesuitas y les entregó una copia del confuso testamento con objeto de aclarar entre todos la voluntad del fallecido.

Al día siguiente cada heredero aportó al juez una copia del testamento con signos de puntuación.

Juan, el sobrino:

«Dejo mis bienes a mi sobrino Juan. No a mi hermano Luis. Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

Luis, el hermano:

« ¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¡A mi hermano Luis! Tampoco, jamás, se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

El sastre:

« ¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. Se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

Los jesuitas:

« ¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco, jamás. ¿Se pagará la cuenta al sastre? Nunca, de ningún modo. Para los jesuitas todo. Lo dicho es mi deseo».

El juez:

« ¿Dejo mis bienes a mi sobrino Juan? No. ¿A mi hermano Luis? Tampoco. Jamás se pagará la cuenta al sastre. Nunca, de ningún modo, para los jesuitas. Todo lo dicho es mi deseo».

Por ello fue que el señor juez, ante la imposibilidad de nombrar heredero, tomó la decisión de ser él mismo el que se incautara de la herencia en nombre del Estado.

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NO DEJES QUE OTROS

INTERPRETEN TUS IDEAS

COMO ELLOS QUIERAN

SINO COMO TÚ LO PENSASTE.

USA LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN CORRECTAMENTE.

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4 comentarios:

  1. a pesar de la perezosa costumbre que tengo de no mayuscular, está claro que un signo de puntuación a tiempo puede ser definitivo. me gustan los signos positivos de tu blog.

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  2. Hola Alfa, muy bueno esto de la puntuacion. Justo caigo aquí yo, que detesto poner acentos, jaj! Esto es muy original y divertido.
    Saludos!

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  3. Gracias raúl ;-)
    Casi que entre tu pereza de no mayuscular nada y mi griterío de mayuscularlo todo, ciertamente mejor sería que me acostumbrara a tus costumbres.
    Un abrazo con suspensivos...

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  4. Hola Carolina:
    Ante todo mil gracias por tu "atildado" aquí ;-) y otras tantas gracias por tu comentario.
    Te dejo por aquí (para más inri) un puñadito de tildes para que las pongas a discreción.
    Aprender y divertirse simultáneamente, aunque parezca improbable, es no imposible.
    Un abrazo con punto y seguido.

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Gracias por tu atención, tu tiempo y tu comentario.